NUESTROS PRINCIPIOS

El 25 de noviembre de 2001 en La Emilia, en medio de una de las crisis institucionales, políticas y económicas más profundas de la Argentina, ciudadanos de diferentes orígenes y militancias, organizaciones sociales, sindicales y profesionales, nos encontramos para empezar a repensar un país, para analizar los modos de construcción de una nueva identidad colectiva.
Hace siete años también comenzábamos a pensar cuál sería el instrumento que haría posible esa construcción.
Hoy el ARI está cerrando una etapa de discusión partidaria, mientras inicia la conformación de un espacio amplio y plural de participación y consenso construido por agrupaciones y ciudadanos que dentro de una diversidad de ideas coincidimos en nuestros principios; REPUBLICA, ETICA y DISTRIBUCION DEL INGRESO.
Quienes nos encontramos aquí venimos a conformar un espacio que surge del propio proceso dinámico interno, de la necesidad de encontrarnos en un lugar donde las diversas procedencias que conforman el ARI, puedan confluir para producir una resignificación de las palabras y de las prácticas.
Este espacio político surge de la necesidad de eliminar el prejuicio hacia el otro, sabiendo que nuestro gran desafío es lograr la cristalización de una nueva mirada nacida del aporte de visiones diversas, que provienen de distintas perspectivas, de distintas maneras de abordar la realidad pero que tienen el objetivo común de construir una nueva manera de concebir la sociedad, el estado, el poder, el sujeto y la acción política.
Desde el 2004 seguimos construyendo un espacio de apertura a la sociedad que propone y pretende devolverle a la política su función original, la de ser el instrumento para que los trabajadores, pequeños y medianos empresarios, indígenas, profesionales, artistas, jóvenes, niños, mujeres y ancianos, recuperen sus derechos y sean los protagonistas de la construcción de una nueva cultura.
En la construcción de esa nueva cultura democrática, consideramos un principio fundamental el PLURALISMO POLÍTICO, entendiendo a éste como una "política del reconocimiento" entre los distintos sujetos sociales y sectores que forman nuestro partido, en su origen nacido movimientista.
Por el origen de nuestro partido y por los principios que son su base, entendemos que el rol de este espacio para contribuir a su funcionamiento democrático, es reconocer al partido como sociedad fundada en el conflicto, conflicto que será enriquecedor si podemos cambiar la lógica de los contrarios por la lógica de los consensos, por la complementariedad de las miradas.
Somos parte de un dialogo pluralista, intelectual e interreligioso de quienes piensan distinto pero mantienen una misma línea de conducta y un conjunto de principios no negociables ante el poder de quienes dicen pensar lo mismo pero están unidos solo por sus intereses económicos.
Repudiamos como principio prohibitivo básico, las practicas corporativas de la política tradicional, que instaladas en la prepotencia de mayorías coyunturales o dominios territoriales cerrados, pretenden un injusto monopolio de la representación política.
Nuestro accionar político inmediato debe orientarse a la elaboración de estrategias para encontrar nuevas modalidades de interacción entre mayorías y minorías, entre sectores o grupos internos, que permitan preservar, el derecho a las diferencias políticas y culturales de los mismos y el mantenimiento de un orden institucional partidario mínimo, desde el cual sea posible que los derechos de todos puedan garantizarse.
Creemos que los objetivos expuestos pueden cumplirse fundamentalmente a través de la generación de espacios que contemplen
- la discusión en torno de ejes temáticos abarcativos de la problemática económica, política, institucional y social regional y provincial
- la construcción territorial, en la que se plantea la necesidad, de desarrollar estrategias que sustituyan las prácticas políticas tradicionales del asistencialismo y la oferta de servicio y la ayuda clientelar, por prácticas de construcción de ciudadanía que son las que tienden a la generación de autonomía y dignidad.
Como está expresado en los Documentos del partido y la coalición cívica, el eje de la lucha es la modificación sustancial de la distribución del ingreso en la Argentina y del modelo de acumulación consolidado en la década del 90 que excluyó del sistema político, social y económico al 50 % de los argentinos. El camino es un nuevo contrato moral que termine con la situación de corrupción generalizada y el instrumento son las políticas universales generadoras de autonomía.
Es por las propias características que le dieron origen, que tenemos latente la posibilidad de dar un salto cualitativo en términos de construcción política. Un salto cualitativo que se basa en la posibilidad de articular en la diversidad desde las distintas historias y procedencias que confluyen en un mismo espacio, facilitando la generación de una visión que por compleja es inclusiva de los relatos negados y silenciados a lo largo de la historia de nuestro país.
El desafío de este espacio de encuentro es construir hacia adentro de nuestro partido y a partir de este hacia toda la sociedad por intermedio de la coalición cívica, una democracia pluralista y tolerante basada en el reconocimiento y respeto de la diferencias como base de la igualdad.